Hace dos semanas vine de una boda con 16 plantas aromáticas que adornaban un buffet e iban directamente a la basura. Nadie las quería. Las adopté y me las traje a casa. Han estado en el balcón, arriba y abajo del escalón según el viento y el sol y más o menos mustias según el agua y el calor. Después de dos semanas sin que se hayan muerto y consiguiendo el compromiso de que mi marido las regara cuando no estoy, ya que mi hijo solo se compromete a regarlas cuando si que estoy y lo hace conmigo (es lo que tienen los 5 años); he decidido dar un paso más en este Septiembre de inicio de año, como dice tiacristilafavorita: Montarme un balcón-terraza-huerto-urbano.
Si aguantan el tirón del invierno en una terraza de lo más soleado pero endiabladamente ventosa (hace esquina), en primavera plantaremos hortalizas. Plantaremos el niño y yo, a no ser que mi marido se digne a involucrarse positivamente, cosa que dudo mucho. Yo mientras sonría socarronamente como lo hace ahora en vez de resoplar me doy por contenta.
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Muchas gracias por tu comentario perejilo!!! Abrazos cibernéticos :)
Pere Gila