Etimológicamente
hablando, la palabra freelance (o freelancer), deriva del precioso término
medieval inglés free-independiente y lance-lanza aplicado a los
mercenarios. Es decir, caballeros que no servían a ningún señor en concreto y
cuyos servicios podían ser alquilados por cualquiera. Hoy en día
significa exactamente lo mismo. Tan orgullosa de ser uno de ellos que estoy por
tatuarme la palabra sobre las tetas con letras góticas.
Los freelance y los
mercenarios siempre han sido mirados con desprecio por los asalariados y los
fieles a los amos. Se han creído mejores que nosotros porque su amo,
el dinero, venía de un solo destinatario mientras el nuestro nunca se
sabía de donde venía. ¿Qué es lo mejor de mi condición? Las cuatro primeras letras.
Ese free se traduce en poder decir que no. Con todas las consecuencias,
con todos los riesgos, sin saber lo que hay mañana, en caída libre
por supuesto, sin paracaídas. El ser temerario y audaz no ha tenido ninguna
recompensa en la sociedad. El ser valiente y decidido solo conlleva resquemor y
odio por los que no lo son, pero, ¡ay!, y tanto que lo quisieran ser. La
recompensa de la audacia es personal, privada e intransferible. Ni
siquiera la pareja te acompaña. Ni los hijos. Ellos no quieren patear
aeropuertos y hangares de autobuses. No quieren empujar a 2.200 personas dentro
del Museo Nacional de Arte de Cataluña, darles de comer y beber,
divertirles, obligarles a hacer una absurda flashmove,
despojarles de sus abrigos, volverselos a dar dos horas después sin
perder ni uno y sacarlos planchaos en los autobuses correspondientes a sus
hoteles antes de la medianoche para que a las 07.00 am del día siguiente estén
listos para batalla en la Fira 2, la de Gran Via, no la otra.
Sólo te comprende otro
freelance. Otro que tenga la sangre como tú. Roja. Si es de horchata no aguanta
un World Mobile Congress en Barcelona con 75.000 asistentes. Ojos de halcón.
Corazón de águila. Piernas de potranca. Garras de pantera y corazón de
pan. La cabeza normal. No tienes que tener el cerebro de un ingeniero de la
NASA ni falta que te hace. Pero todas las demás cualidades son exactamente
igual de necesarias, justas y obligadas.
La energía la sacas de
la experiencia y de los compañeros. Sin esos mercenarios locos como tú situados
a tu costado más débil no eres nadie. Cada batalla son diferentes.
Unos vienen y otros van. Unos valen más oro que otros. Unos te ganan por
el pan del corazón y otros por sus garras. Todos son necesarios ante la
avalancha de dos aviones con grupo de ucranianos y rusos coincidiendo en tiempo
y espacio en la estrecha linea de conductores de la T1- La sonrisa de los ojos
de mis mercenarios son mi aliento. Por esa sonrisa y la promesa de 20 minutos
compartidos en la cantina entrego gustosa mis 12 horas de rigor del puto full day del
aeropuerto.
Hoy estoy en el sofá
después de diez días del tirón. Pensando en qué no hacer para recuperarme de
tantas horas de desgaste físico, intelectual, emocional y neuronal. Tantos
desajustes de horarios. Tantas comidas escasas y abundantes. Tantos nombres y
tantas caras. Tanta sociabilización impuesta. Tanto ir y venir. Tanta
exposición buscada y encontrada. Tantas subidas y tantas bajadas. Tanta alegría
y tanto cansancio. Es el reajuste a la realidad cotidiana, el volver a ser
persona humana después de diez días de Superfreelancemasterdelputouniverso.
Som la polla, que diría
aquél.
Dedicado con mucho amor
a todos los que son, los que van y los que vienen y en cariño particular (sin
menospreciar a nadie) a mis favoritos por carácter afín que ellos
saben los que son por que yo lo soy de ellos y en el humor y las heridas de
guerra y amor nos reconocemos. Deseando que llegue WMC para morir por Samsung y
por Ericsson
Fotografía tomada por
mi en el aeropuerto la semana pasada. Es amor del clásico y bueno. Sin alardes
y con silencios. Con detalles como las galletas veganas y los buenos horarios.
Como asignar y ceder en turnos, compañeros de servicio y hoteles. Amor de la
T1. Porque los freelance, aunque no nos casamos con nadie, también amamos.
Feliz fin de semana
merecido.
Oooooh que xulo!!!! És una descripció fantástica. Tota una tarda al sofà intentant recuperar-me... Tan exacte com tu dius
ResponderEliminarMaravilloso! enhorabuena! te ha salido redondo!!!
ResponderEliminarEntre el agotamiento de estas ultimas semanas con toda la preparación de la Operativa y tus fantásticas dotes con la pluma, me has hecho emocionar!!! Has cuadrado a la perfección nuestro retrato..y cómo nos retroalimentamos con los compañeros de hazañas y aventuras!! Desde el sofá con mantita incluída,en este sábado gris:Mil besos,Ana!! Próxima cita:el Mobile!!!..pan comido!!
ResponderEliminarGracias companys!
ResponderEliminarMe llega este mensaje de una compañera por teléfono (me autoriza a publicarlo) "Tu escrito sobre el estado mental y físico de freelance afterwork es justo lo que le quería expresar a mi pareja que no entiende nada!!!! Ayer me llamó exagerada y que solo eran unos cuantos días!!! (...) ¿Puedes pasarmelo por whats que por facebook no puedo copiarlo? Me va que ni al pelo tu escrito para pasarselo... Gracias!!!" ME ENCANTA JAJAJAJAJ
ResponderEliminarMaestra Pere Gila, muy buen escrito, como sabes soy autónomo y a veces también me siento un poco Freelance. Bueno recupérate pronto pues te queremos lista para tus próximos retos. Salut i Força. Rafel
ResponderEliminarMaestro Rafel, tanto que aprender de usted. Deseando volver a coincidir :)
Eliminar...que buenisimooo..!!!...beso desde mi sofa..
ResponderEliminarBesooooooo desde el carrer. Hoy asalto a Barcelona la nuit
EliminarEsta vez que hablaste de algo que compartimos, confirmo que eres muy buena, hiperbolicamente concisa :-)
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