Tengo que reconocer que esta
película me encanta. No es la mejor comedia del mundo pero tiene algunos golpes
memorables. La volvería a ver por su loco guión (escrito por uno de los
componentes de los Monty Phython) y por todos y cada uno de sus personajes. Kevin Kline desquiciado y estúpido. Está como un queso y además lo borda haciendo
de americano zafio (se llevó el Oscar por esta película pero me parece que se
les fue un poco la pinza a los de la academia). Michael Palin y su
asesino tartaja adorador de animales y odiador de personas. Wanda-Jamie Lee
sexy, inteligente y muy divertida (yo quería ser ella, chaqueta espantosa y
todo). Y por el precioso John Cleese con el que nunca me iría a la cama a
primer golpe de vista o puede que si, a
golpe de oído.
Para quien no la haya visto, no
sabe que se ha perdido. Yo la veía de adolescente en casa con mis hermanos o
sola y siempre nos reíamos como locos, en especial mi hermano Edu que es muy de
la risa fácil, la verdad. No puedo con
la escena en la que Kevin le embute patatas fritas por la nariz a Michael Palin
mientras le tiene amordazado y atado de manos con la intención de hacerle
confesar donde está el botín del robo. Momentazo cuando se mete en la boca al
adorado pez de Michael, llamado Wanda, para mortificarle aún más, haciéndole
creer que se lo va a tragar. Salvaje torturador yanqui. El dolor atroz que
siente Michael al matar por accidente a un perro de una testigo en vez de a la
testigo. La confusión de que Kevin Kline es el primo de Wanda y no su amante.
El estrés en el rostro de John Cleese cuando su esposa Portia encuentra el
collar de Wanda y cree que es un regalo para ella. Las escenas aquí descritas
no son hilarantes. Las hacen tremendas el equipo de actores muy bien integrados
en su papel. En un Londres estirado y gris, cargado de neuronas intelectuales,
los guionistas no dejan títere con cabeza entre yanquis y británicos ni
estereotipo de las relaciones hombre-mujer por tumbar.
Hay dos escenas memorables en la
cama con Wanda. Una con el yanqui asesino a sueldo buenorro de Kevin Kline. Es medio imbécil el pobre y va de intelectual.
La otra es con el inglés John Cleese. Mayor,
feo, insulso, convencional y estirado, o no tanto. Wanda empieza la película tirándose al
buenorro. Se lo pasa muy bien en la cama con él hasta que el pobre abre la
boca. Está tan pagado de sí mismo que se pone cachondo oliéndose los sobacos.
Es genial. Consigue darle un giro a la situación cuando le habla a ella en
italiano. En el fondo le intuimos que a quien se quiere tirar realmente es a él
mismo. A John, Wanda, se lo tiene que trabajar por exigencias del guión. Es el
abogado de su novio en trámites de juicio y ella tiene que conseguir que él le
revele el lugar donde tiene escondido el botín. El cambio en el guión se
produce cuando, de pronto, John comienza a hablarle en ruso a Wanda. Esta se
vuelve loca. Su personaje no tiene ni idea de ruso. No sabe lo que le dice.
John Cleese no tiene ni idea de porque ella se vuelve tarumba oyéndole hablar
así, pero pierde el miedo, se lanza y con un volcán verbal la rinde. Wanda es
suya antes de que le haya puesto un dedo encima.
Yo no estaba muy ducha en hombres
y amores cuando veía la peli en mi adolescencia (es del año 1988). Sigo estando
un poco pez (Wanda) pero entre mis experiencias pasadas y las de amigas
parlanchinas he llegado a la conclusión que a las mujeres no nos conquistan los
Ferraris, a pesar de que muuuuchos hombres sigan pensando que si, ni los Brad
Pitts. Nos conquistan los habladores.
Nos conquistan por el oído. Si es en chino mandarín y no entendemos ni
jota, nos lo imaginamos y a veces es casi mejor (tenemos muuuuuucha más
imaginación que los hombres). Pero si les medio entendemos, y nos dicen esas
cuatro cosas justas que tienen que ser verdad pero solo hacen falta que sean
verdad en el momento de decirlas, en ese momento, chicos, como decía el padre
Alfonso, el cura que casó a mis padres allá en el año 1970 (sé que es una
ordinariez, pero doy fe que lo dijo un cura): nos tenéis literalmente “con las
bragas en la mano”.
Buscad la película en la biblioteca o
en la red. No os arrepentiréis.
Post dedicado con mucho amor a mi amiga
Vanessa, tan Jamie Lee ella, tan sexy charlatana.