En un pais donde estás conmigo o contra mi, donde no hay grises y uno es rojo o azul, donde casi nadie es del Eibar y o eres del Barça o del Madrid o si no no se ve ni baloncesto en la tele, en un país, repito, de extremos que en la curvatura de odio se tocan y son tan iguales en creencias como judios y musulmanes y hasta el PP más anodino (el actual de Rajoy) tiene un afiliado a sus intereses que se llama Felipe González, en un país así, cuando llega la normalidad de julio que son los San Fermines y las corridas de toros en las fiestas de los pueblos o eres de los del toro o del torero muerto caido en combate. O eres puta provocadora o violador grupal.
Que somos diferentes hombres y mujeres no solo lo determina las más o menos grandes tetas y el más o menos gran pene. Parece ser que tenemos mentes distintas y sobre todo y por encima de todo educaciones distintas. Ellos deben protegernos de otros. Ellas deben ganarse a un protector por encima de las otras. Las armas de ellos: la seguridad del dinero. Las armas de ellas, la belleza que se ve por ellos. La externa. Todo ayuda y una buenorra inteligente y con seguridad económica ganará a una que le falten las últimas dos condiciones ¿No?. No. Error. La que lo tiene todo da más miedo que el Euribor en mes de revisión hipotecaria. ¿Si lo tiene todo que le puede dar el hombre? Amor. Compañía. Respeto. Comprensión. Aceptación. Ese tipo de cosas que no vienen de impronta social pero si natural y que las perdemos al entrar en sociedad y las podemos ganar otra vez con trabajo personal brutal y diálogo inmenso con grandes seres humanos. Abrirse la conciencia en dos como un melón y hablar con un skin head del holocausto o con un talibán del 15 M o con un taurino de San Isidro sin tú arder cual tea romana es el paso hacia el futuro.
Nadie violara por que le enseñaron unas tetas llenas de vino y era fácil meterla en un cuerpo borracho. Eso hoy en día significa que ella quiere porque hay veces que las mujeres quieren y no pueden decirlo porque entonces son unas putas y entonces me emborracho y enseño una teta y el otro ya entiende que lo que quiero es cacho pero no puedo otorgarlo publicamente. Pero también significa que entro en la vorágine de unas fiestas humillantes para animales y humanos (hombres y mujeres) que si tienes 20 años y no te gustan los San Fermines y beber hasta perder el control es porque no tienes 20 años. Soso, estrecha, aguafiestas, marica son con los adjetivos con los que tendrás que lidiar.
Fomentar desde las instituciones públicas o privadas barbaries de sangre y alcohol en pro del beneficio económico es como vender los clítoris resultados de ablaciones en Nigeria. Un trofeo curioso que no se da en Oslo, oyes mira.
Educar a niños y niñas en que el sexo no es moneda de cambio para comprar estabilidad social (marido o mujer) nos hará a todos y todas menos probables putas y menos posibles violadores.
Una especia en cada dedo
martes, 12 de julio de 2016
lunes, 6 de junio de 2016
"Espero que no estés en el top 10 de las peores vestidas"
O post sobre lo que me importa a mi que piensen los otros de ti y por ende de mi por mi implicación contigo.
Amar es aceptar. Aceptar con luces y sombras, con lo que gusta y lo que no, con lo que irrita y lo que alegra, con lo diferente a ti y lo igual, con lo que aporta por contrario y lo que suma por ser igual. Amar es no juzgar ni analizar. Es querer respirar juntos aunque uno se ahogue con el ventolín. Es armonizar Bach y los Pixies, Enriquito Iglesias y yo me la encontré en un taxis con Love of Lesbian y Sixto Rodriguez. Porque todo tiene cabina en el paragüas del amor, hasta que votes al PP y yo a Juntos Podemos o a Batasuna, incluso que tu libro de cabecera sea "Mein Kampf" (lo he tenido que buscar en google y casi pongo Mine Craft).
Amar no es gustar. No es que coincidimos en la música. No es tienes un gusto exquisito por el cine de autor checo polaco (exquisito porque es el mio también). No es lees del copón y si no supieras leer no te querría.
Querer es a pesar de gustar.
Si me invitan a una boda y la persona que me invita está más pendiente del vestido, zapatos, bolso, sombras de ojos, regalo, o pelo que llevo vamos muy mal. No estoy ya para que me hagan repaso como si fuera Leticia Ortiz. Cómo bien me ha dicho alguien que me quiere mucho, soy madre, divorciada y tengo 43 años (se ha equivocado con la edad, pero bueno, la perdono), así que ya estoy de vuelta de todo.
A la próxima persona que cuando le diga que tengo dos bodas este mes de junio me pregunte que si ya se que me voy a poner en vez de si tengo los billetes o si estoy feliz de ir le escupo en un ojo. Y lo hago público y notorio porque se que tengo más tirada que El Pais en su años mozos y me leen más que los tertulianos del gato al agua al Marca. Se me enteren todos.
Besos y feliz lunes.
Amen. Como siempre y para siempre.... sin tilde.
Amar es aceptar. Aceptar con luces y sombras, con lo que gusta y lo que no, con lo que irrita y lo que alegra, con lo diferente a ti y lo igual, con lo que aporta por contrario y lo que suma por ser igual. Amar es no juzgar ni analizar. Es querer respirar juntos aunque uno se ahogue con el ventolín. Es armonizar Bach y los Pixies, Enriquito Iglesias y yo me la encontré en un taxis con Love of Lesbian y Sixto Rodriguez. Porque todo tiene cabina en el paragüas del amor, hasta que votes al PP y yo a Juntos Podemos o a Batasuna, incluso que tu libro de cabecera sea "Mein Kampf" (lo he tenido que buscar en google y casi pongo Mine Craft).
Amar no es gustar. No es que coincidimos en la música. No es tienes un gusto exquisito por el cine de autor checo polaco (exquisito porque es el mio también). No es lees del copón y si no supieras leer no te querría.
Querer es a pesar de gustar.
Si me invitan a una boda y la persona que me invita está más pendiente del vestido, zapatos, bolso, sombras de ojos, regalo, o pelo que llevo vamos muy mal. No estoy ya para que me hagan repaso como si fuera Leticia Ortiz. Cómo bien me ha dicho alguien que me quiere mucho, soy madre, divorciada y tengo 43 años (se ha equivocado con la edad, pero bueno, la perdono), así que ya estoy de vuelta de todo.
A la próxima persona que cuando le diga que tengo dos bodas este mes de junio me pregunte que si ya se que me voy a poner en vez de si tengo los billetes o si estoy feliz de ir le escupo en un ojo. Y lo hago público y notorio porque se que tengo más tirada que El Pais en su años mozos y me leen más que los tertulianos del gato al agua al Marca. Se me enteren todos.
Besos y feliz lunes.
Amen. Como siempre y para siempre.... sin tilde.
jueves, 26 de mayo de 2016
Una seca
Corría y futboleaba en España el terrorífico año 82, a la sazón mis años 11. Mi madrina Amalia me regaló mis dos primeros pendientes para cada una de mis orejas, uno y uno, cómo mis años. Pero eso fue en octubre. Antes, en el tórrido junio era espectadora del fatídico juego que habían dado a bien llamar los chicos de mi comunidad "Una seca". Se jugaba en la piscina, no seáis mal pensados y mientras las niñas jugábamos al cinquillo o a burro con las cartas ellos mataban moscas con el rabo.
Los once y por ahí son una edad más bien tontorrona en los niños. Capitaneados por Nacho al que apodábamos Naranjito y no por su saber futbolístico precisamente, los niños de la torre de La Carolina en Pinar de Chamartín jugaban a "Una seca". Hacían bola por la piscina y de pronto uno, el de la voz más aguda y vista menos torpe gritaba "Una secaaaaaaa!!!!" señalaba con el dedo cual muerto viviente a alguna niña del lugar y todos en tromba la cogían y la lanzaban al agua. "No, no, noooo....." se resistía en mayor o menor medida la incauta. Esa era la risa.
A mi no me cogían. Yo daba la espalda jugando de a cuatro con Cris y Carmen y alguien más (Andrés aún no bajaba a la piscina pues acababa de nacer). A mi no me habían puesto aún mote. Pero "la lagartija" me hubiera cuadrado bastante bien. Nacho me sacaba unas buenas dos cabezas a lo alto y unos buenos tres cuerpos a lo ancho.
Un día tras mojar todo lo seco, a algunas hasta dos veces alguien tuvo el valor o aburrimiento de gritar mirándome "Una secaaaaaa". El corazón no se me paró, se me ralentizó un poquito. Me había hecho la secreta promesa que si algún día venían a por mi a mi no me tirarían. Si me tiraban es porque me cogían entre 6 u 8 lo menos, todo lo preadolescente que había por allí salvo mi hermano Edu. Mi hermano jamás me hubiera tocado en público. En privado jugábamos a hacer judo (época pre-karate kid) pero siempre se dejaba ganar por mi. Me quería un motorón mi hermano Edu.
Aquella tarde el dedo acusador y amenazador del vigía chivato me señaló. Respiré y seguí jugando a las cartas. La mirada fija en ellas y los hombros izados. Mis ojos les habían disuadido en ocasiones anteriores. Y mi careto palo mala ostio también. Me sale guay. Tengo a mi padre de espejo para saber poner cara de "sois unos mierdas que no me duráis ni un asalto" o "me importáis menos que las moscas de un mojón de caca en el camino". Hasta entonces me había funcionado. Era una niña que no desentonaba mucho en público generalizado.
No tuve que decir no. Estaba sentada. Tenía unos 6 niños a mi alrededor. Ante mi silencio alguien volvió a gritar "una secaaaaaa" y se oyeron "vamos, si sabes que al final te vamos a tirar" y Nacho alargó el brazo. Me enganché a él como a mi vida. El brazo fue lo que más se llevó. Los demás se apartaron veloces y nos dejaron a el sumo Naranjito y la pequeña Kill Bill mano a mano. Yo en el suelo. Él de pie petrificado. Se llevó mis uñas enteras marcada en su piel grasienta. En sus tetas más grandes que las mías y en todos los sitios a los que llegué salvo su cara, que pena oyes. Alguien le dio permiso a lo lejos diciendo "Déjala tío" gritaron "Una seca" a una que miraba y salieron en manada a por otra gacela.
Me estiré el cuerpo despacito y me alisé los cabellos de loca con las dos manos. Respiré. Di cuatro pasos por la piscina y me lancé de cabeza al agua. Salir por la escalera y sentir todos los ojos mirándome fue la mejor experiencia pública de mis once años.
Esa tarde, más tarde, estábamos en la cocina y llamaron a la puerta. La sra Naranja sostenía a Nachito por el hombro. Venía a quejarse a mi madre, que si yo era una salvaje, que si le parecía bonito lo que yo le había hecho a su hijito, que si son cosas de niños pero yo estaba como una cabra, mi madre y yo mudas en la puerta. Miré a Nacho que miraba al suelo y vi aparecer por su cuello y brazos mis super arañacicos tintados de yodo como se marca con un fosforito un texto que te quieres aprender. Mucho más visibles para escarnio público gracias a su madre. Esa si era una seca a la que habría que haber tirado a la piscina. "Vaya, lo siento, no volverá a suceder" murmuró mi madre y cerró la puerta. Con todo lo que habla mi madre, hay que ver....pensé.
Siguió hacía la cocina y se giró diciéndome "¿Todo eso lo has hecho tú sola?" y en el fondo sonreía. "Es que no me quería bañar cuando ellos quisieran mamá". Siguió sonriendo.
Nacho nunca me volvió a dirigir la palabra. Ese día me gané mi primer mote "La bruja". Corrían las malas lenguas que por mis uñas afiladas. Ni os imagináis que placer me dio tener ese pedazo de mote.
Ayer Luc me contó que los miércoles no es día de pelota en el cole para los de tercero. Los niños y las niñas juegan a las peleas. Por como me lo contó más bien los niños dan por culo a las niñas. Alguno se le escapa la mano un poco de más. Le dije que como no intervenía él para pararlo y me saltó con una frase sonriente que me heló las venas "Yo no es que no haga nada mamá, simplemente no me meto". Tan pancho. Como no pega es cojonudo se piensa el tio.
"No se cómo ninguna chica quiere estar contigo. A mi me daría vergüenza que fueras mi chico. Y tus amigos. Son unos penosos" Se petrificó y me dijo que ya no quería hablar de eso conmigo y que cambiáramos de tema.
Fin de la cita.
Amaros, respetaros y amaros los unos a los otros.
Feliz jueves de pecado gente!.
Los once y por ahí son una edad más bien tontorrona en los niños. Capitaneados por Nacho al que apodábamos Naranjito y no por su saber futbolístico precisamente, los niños de la torre de La Carolina en Pinar de Chamartín jugaban a "Una seca". Hacían bola por la piscina y de pronto uno, el de la voz más aguda y vista menos torpe gritaba "Una secaaaaaaa!!!!" señalaba con el dedo cual muerto viviente a alguna niña del lugar y todos en tromba la cogían y la lanzaban al agua. "No, no, noooo....." se resistía en mayor o menor medida la incauta. Esa era la risa.
A mi no me cogían. Yo daba la espalda jugando de a cuatro con Cris y Carmen y alguien más (Andrés aún no bajaba a la piscina pues acababa de nacer). A mi no me habían puesto aún mote. Pero "la lagartija" me hubiera cuadrado bastante bien. Nacho me sacaba unas buenas dos cabezas a lo alto y unos buenos tres cuerpos a lo ancho.
Un día tras mojar todo lo seco, a algunas hasta dos veces alguien tuvo el valor o aburrimiento de gritar mirándome "Una secaaaaaa". El corazón no se me paró, se me ralentizó un poquito. Me había hecho la secreta promesa que si algún día venían a por mi a mi no me tirarían. Si me tiraban es porque me cogían entre 6 u 8 lo menos, todo lo preadolescente que había por allí salvo mi hermano Edu. Mi hermano jamás me hubiera tocado en público. En privado jugábamos a hacer judo (época pre-karate kid) pero siempre se dejaba ganar por mi. Me quería un motorón mi hermano Edu.
Aquella tarde el dedo acusador y amenazador del vigía chivato me señaló. Respiré y seguí jugando a las cartas. La mirada fija en ellas y los hombros izados. Mis ojos les habían disuadido en ocasiones anteriores. Y mi careto palo mala ostio también. Me sale guay. Tengo a mi padre de espejo para saber poner cara de "sois unos mierdas que no me duráis ni un asalto" o "me importáis menos que las moscas de un mojón de caca en el camino". Hasta entonces me había funcionado. Era una niña que no desentonaba mucho en público generalizado.
No tuve que decir no. Estaba sentada. Tenía unos 6 niños a mi alrededor. Ante mi silencio alguien volvió a gritar "una secaaaaaa" y se oyeron "vamos, si sabes que al final te vamos a tirar" y Nacho alargó el brazo. Me enganché a él como a mi vida. El brazo fue lo que más se llevó. Los demás se apartaron veloces y nos dejaron a el sumo Naranjito y la pequeña Kill Bill mano a mano. Yo en el suelo. Él de pie petrificado. Se llevó mis uñas enteras marcada en su piel grasienta. En sus tetas más grandes que las mías y en todos los sitios a los que llegué salvo su cara, que pena oyes. Alguien le dio permiso a lo lejos diciendo "Déjala tío" gritaron "Una seca" a una que miraba y salieron en manada a por otra gacela.
Me estiré el cuerpo despacito y me alisé los cabellos de loca con las dos manos. Respiré. Di cuatro pasos por la piscina y me lancé de cabeza al agua. Salir por la escalera y sentir todos los ojos mirándome fue la mejor experiencia pública de mis once años.
Esa tarde, más tarde, estábamos en la cocina y llamaron a la puerta. La sra Naranja sostenía a Nachito por el hombro. Venía a quejarse a mi madre, que si yo era una salvaje, que si le parecía bonito lo que yo le había hecho a su hijito, que si son cosas de niños pero yo estaba como una cabra, mi madre y yo mudas en la puerta. Miré a Nacho que miraba al suelo y vi aparecer por su cuello y brazos mis super arañacicos tintados de yodo como se marca con un fosforito un texto que te quieres aprender. Mucho más visibles para escarnio público gracias a su madre. Esa si era una seca a la que habría que haber tirado a la piscina. "Vaya, lo siento, no volverá a suceder" murmuró mi madre y cerró la puerta. Con todo lo que habla mi madre, hay que ver....pensé.
Siguió hacía la cocina y se giró diciéndome "¿Todo eso lo has hecho tú sola?" y en el fondo sonreía. "Es que no me quería bañar cuando ellos quisieran mamá". Siguió sonriendo.
Nacho nunca me volvió a dirigir la palabra. Ese día me gané mi primer mote "La bruja". Corrían las malas lenguas que por mis uñas afiladas. Ni os imagináis que placer me dio tener ese pedazo de mote.
Ayer Luc me contó que los miércoles no es día de pelota en el cole para los de tercero. Los niños y las niñas juegan a las peleas. Por como me lo contó más bien los niños dan por culo a las niñas. Alguno se le escapa la mano un poco de más. Le dije que como no intervenía él para pararlo y me saltó con una frase sonriente que me heló las venas "Yo no es que no haga nada mamá, simplemente no me meto". Tan pancho. Como no pega es cojonudo se piensa el tio.
"No se cómo ninguna chica quiere estar contigo. A mi me daría vergüenza que fueras mi chico. Y tus amigos. Son unos penosos" Se petrificó y me dijo que ya no quería hablar de eso conmigo y que cambiáramos de tema.
Fin de la cita.
Amaros, respetaros y amaros los unos a los otros.
Feliz jueves de pecado gente!.
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