lunes, 20 de mayo de 2013

El imperio de los sentidos


Cuando empecé allá por septiembre a escribir físicamente este blog (mentalmente llevaba unos buenos veinte años haciéndolo)  las especias que le daban sentido a mi vida iba a ser el hilo conductor del mismo. La mujer propone y el cosmos dispone, que bien dice el refrán. Yo tenía una idea de como iba a ser y que me dirías tú y que te contestaría yo y entonces me entregarías el Premio Planeta y yo diría entre lágrimas que estaba muy agradecida a mis padres por haberme enseñado lo que era el placer de la lectura y a Maruja Torres por enseñarme el de la escritura y que era totalmente inmerecedora de tal premio. Lo soy. Es con lo único que he acertado mirando en la bola de cristal. No he escrito ningún libro y no me he presentado al concurso. Si no compras, ¿como te va a tocar la lotería?. La lotería te toca cuando crees que te va a tocar. A veces si, a veces no, pero si no crees en ella no te toca fijo.

He ido desgranando diferentes especias.  Desde las iniciales e inocentes plantas sin ninguna connotación más allá de las horticulturales y mi amor por ellas, pasando por los libros (más implicación emocional e ideológica que las plantas), la música, los hombres, el sexo (implicación muy personal que me llevó a borrar un post muy controvertido para mi, aunque no para los lectores que se lo pasaron literalmente teta), los niños, el amor, la religión, la política, el cine, el trabajo, mi Madrid, la amistad y la familia.

Hoy quiero hablar de como consigo llegar a todas esas especias. O como llegan ellas a mi a través de mis sentidos. Desde que he asumido que vivimos en Matrix y está todo organizado para que no tenga que luchar contra viento y marea, vivo mejor. Namasté hermana que dice Marian riéndose de mi la muy cabrona. ¿Os lo habéis creído? Mi otro yo aún pelea con mi más antiguo yo. No le voy a dejar ganar. Me ha costado Dios y ayuda llegar a este Matrix como para que  me deje volver a ser el Nemo engañado.

Oler es el sentido más básico. La primera vez que fui consciente de su poder la tengo grabada a fuego en la memoria. No recuerdo la edad pero recuerdo el baño verde de Caleruega, la temperatura elevada de la calefacción de Madrid en contraste con el frío helador exterior y mis pies descalzos sobre las losas del suelo. De puntillas, como siempre ando, me aupé hasta el tercer estante de cristal, donde estaban los botes que no se usan, para coger el bote del Aftersun. Lo cogí y lo olí. Estábamos en diciembre. Electricamente me transporté a junio, el mes en el que mi madre nos untaba de Aftersun cuando nos poníamos rojos cangrejeros. Sentí la menta sobre la piel, la calma después de la tortura, sentí el alivio pero lo mejor, lo mejor de todo, es que sentí  la felicidad. Sentí el verano.  Nunca ha sido igual de eléctrico, pero a veces, he usado (una o dos veces al año) un bote de Aftersun en invierno para que se me llenen las células de vida y la sangre se acelere y el oxigeno me llegue a borbotones al cerebro y me inunde de dicha el corazón. Hay dos colonias que me hacen un poco el juego loco. Las dos son de unos amores de juventud. Hoy en día las llevan cerca de mi dos hombres muy diferentes y no me pasa siempre que les veo y les doy dos besos pero una de cada diez, de repente, ay!, el cerebro se vuelve tonto y me teletransporta a la felicidad de volver a tener 19 años.

El oído es el segundo sentido brutal. Ayer noche escuché "No tocarte" de Radio Futura en versión original. No la versión remasterizada ni esas cosas, sino la versión sonido de cassete con la voz de un Santiago Auserón macho, joven y cargado de testosterona, que no oía desde hace unos buenos 20 años. Oía de oír  no de que suene de fondo. De ponértela en los cascos y oírla para sentirla. Me vi. Me sentí. Cuando bailaba para él. Le vi a él y me sentí como me sentía mientras le gritaba "no tocarteeeeee, y pasar todo el día junto a ti".

El gusto se me confunde con el olfato y para degustar tengo que cerrar los ojos. Los ojos dan demasiado información y demasiada información embotan los sentidos y te alejan de lo real.  Antes de saborear lo has olido y te ha transportado a los olivos de Jaén o a la cocina de casa de mis padres, o a la sopa eterna y deseada de mi abuela Felisa cuando llegábamos en coche, palizón mediante, desde Madrid. 

Los besos saben a uvas con queso y huelen a deseo, a amor y a ternura. Los besos si saben y huelen que sea para llevarme a ese lugar. Si no, no me beses. Los besos de holaquetalplasplas te los puedes meter por donde te quepan ¿En el culo te caben? Pues allí te los metes.

El tacto lo tenemos muy poco trabajado y de tanto usar las manos no para tocar sino para rozar, se nos han gastado las puntas de los dedos.  La vista la tenemos igual de saturada o más, por eso hay que combinarla con el silencio para que un libro te lleve de la mano a lejanos rincones donde no estuviste pero tu pensabas que si o con diálogos de película que te hagan recordar que ese amor fue tremendo y que te sentías como Alabama en True Romance cuando Clarence y ella se miran en la cafetería.

Trabajarlos, pequeños, trabajar los sentidos. Os regalarán más de un imperio.


6 comentarios:

  1. Bueno, desde que volvi al mundo de los Blogs, voy descubriendo diversos tipos y tengo que decir que solo he encontrado algunos que me gustan, entre ellos el tuyo. Porque escribes de manera espontanea, porque escribes de cosas que te pasan, que piensas... Porque escribes. :-)
    Me siento bastante identificada con tu manera de entender los blogs, lo cual me alegra.
    En cuanto a los sentidos, que duda cabe en que te transportan, muchas veces de manera sorprendente.
    La musica compone una Banda sonora (la de tu vida). Y ciertos olores acompanyan a ciertos recuerdos, los despiertan sin avisar...
    Vista y oido totalmente necesarios. Estoy demasiado acostumbrada a tenerlos, que odio lo de estar cada dia mas cegatilla. :-(

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    1. Querida Stu: Me gusta y ruboriza a partes iguales lo que me dices. Mucho. Sobre todo cuando dices que te gusto porque escribo. Ay, escribir.... Que tiene que engancha, fustiga y deleita a la vez. Para mi es un poco cómo el sexo con uno mismo. En caso de los blogs, dejas participar a los otros y eso, siempre, enriquece. Gracias no sólo por pasarte sino por aportar tanto. Un abrazo, nos debemos una caña en el Zurich. Petons.

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  2. Ayh si! En el Zurich! Tantas veces lo utilice como punto de encuentro, y nunca me tome nada ahi... Visca Barcelona! :-) (la ciutat, la ciutat).

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    1. A mi mis amigos catalanes me hacían lo mismo. Un día me senté y me tomé un café :) Visca la ciudad!

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  3. Cómo nunca salgo he ido al baño y he olido el bote de leche de coco y me ha transportado gratis a la playa. Gracias por hacerlo posible.

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    1. Viajar con todos los sentidos es lo que más sentido tiene. Gracias a ti por compartir tu leche de coco conmigo.

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Muchas gracias por tu comentario perejilo!!! Abrazos cibernéticos :)

Pere Gila