sábado, 26 de abril de 2014

Va, ves a viure...

Ayer fue un día magnífico, extraño, hermoso,terrible, florido y mortal. Como lo  puede ser cada día de nuestras vidas. Pasé la mañana con dos personas que me son muy queridas y me acompañaron por Barcelona a disfrutar del ahora hace calor y llevas sandalias, ahora te cambias y te pones los calcetines. ¿Dentro o fuera? Mejor fuera. Mejor dentro que parece que ha refrescado. De la mano de una de ellas paseamos por mi pasado. Por las emociones que me despierta, por los recuerdos compartidos, porque crecimos juntas en un lugar con catifas (=alfombra en catalán. Me rechifla esa palabra) peach o blue según el número que se le había asignado a la habitación. Muy Gran Hotel Budapest. Del melocotón y el azul saltamos a marrones grisaceos. Crecimos y espabilamos. "Pero no mucho, Ana. Tú y yo ya eramos muy espabiladas cuando jovencitas. Espabiladas y responsables, al menos.... laboralmente hablando" Me guiñó los ojos y reímos mucho las dos. En esa nube física y emocional de mañana con el abismo temporal entre mi pasado, mi presente y mi futuro planteados en 25 centímetros cuadrados de mesa, dos copas de cava y un cortado, me comentó que una persona a la que queremos mucho estaba pasando por uno de los peores momentos de su vida. Su hermana se va. Mientras nosotros reíamos anécdotas, respirábamos el puerto de Barcelona desde Montjuïc, olíamos las flores en el lobby, recordábamos amores y planificábamos rutas de trekking, ellas se están despidiendo. Tiene 42 años. Toda su vida por vivir. Toda la vida de los suyos por estar allí. Al llegar a casa me entere que Tito Vilanova había muerto de cancer. 

Estos últimos dos años pasados decenas de parientes míos y de conocidos se han ido victimas del cancer. Extrañamente en un porcentaje aplastante con respecto a otras enfermedades. No voy a analizar los porqués porque no me alcanza el conocimiento ni el corazón. Lo que si voy a explicar es que no se porque el resto de los que les rodeamos vivimos como si no nos fuera a pasar. Y no me refiero al cancer. Conozco casos en los que no ha sido mortal (recuerdo muy especial a los hermanos Puntas Ortiz, uno por luchar y el otro por dar y a "su Vitin" que se que no me lee pero es nuestro ejemplo de lo que queremos y lo que debe ser. Pon un Vitín en tu vida). Me refiero a la muerte. 

Gente, no hay nada más seguro en esta vida que algún día nos iremos. Nos vamos,si. No estaremos dentro de 150 años ni uno de los que me lee. La otra certeza es que no sabemos cuando va a ser. Porque hasta cuando te quieres morir va otro y te despierta y te da la mano. Pero cuando paseas una mañana de primavera por la calle respirando a pleno pulmón y pensando que la vida es tremendamente maravillosa,va un tiesto de la del quinto y se te cae en la cabeza. Y ahí te quedaste. No más planes por hoy por favor que me tengo que ir a Sancho Dávila.

Feliz vida a los que siguen aquí, luchando y amando a los que se van despidiendo. Dichosos de estar aquí aún,un día más,una mañana, una tarde, una siesta, un atardecer y un despertar, un comer bocatas desde el Garraf, un jueves de playa, un viernes de montaña, un banquete en El Celler de Can Roca, un hospitality en el Hilton, un dibujar a cuatro manos el pelo de la chica de la peli de Peabody y Sherman "hagamoslo mechado, mamá, como tú sabes", una empanada con espinacas y carne vegana para que tenga trocitos "algo picante pero no mucho, mamá. Así está perfecta", un sábado en el restaurante del tenis con las mejores vistas de Barcelona, un te chai, la millor truita de patates de la millor cuinera dels rodalies del mercat de Sant Antoni y casi Barna city..... Y besos, muchos besos. Besemonos unos  a otros y abracemos hasta aquellos a los que no conocemos, porque para abrazar no hace falta conocimiento, hace fata amor y si lo tienes ¿que mejor que entregárselo a los demás?


"Y de pronto te vas. Tienes 45 y en plena vida con proyectos por delante, con gente que te necesita, con amor a raudales, con bonanza financiera, con "la vida resuelta", esta decide que no lo está. Y la vida se te apaga. Tú ya no lo sabrás pero la gente que se queda aquí se queda con huecos de ti, con ganas de tu fuerza, de tu empuje, de tu alegría, de tus ganas de vivir.... Y ya no estás. El ejemplo es lo vivido. El recuerdo es la demostración que la vida solo es eso. Un rato en este jardín de rosas. ¿Vas a ser capaz de desperdiciarla ni un minuto más? Va, si us plau, ves a viure.... Por ti y por todos tus compañeros, pero.... Por ti primero. Amen (sin tilde)"

Gracias por leer. Gracias por vivir  

jueves, 17 de abril de 2014

Madurando al sol


Lo mejor de estar en los cuarenta puede que sea la experiencia que acumulas. Profesionalmente hablando te blinda el estómago ante las desavenencias y te dulcifica ante las dificultades. Te hace ser tolerante con los errores que tú cometiste exactamente igual, o peor, que otros. Te da infinitos recursos por haber pasado por infinitos jardines junto a infinitas personas del más variopinto pelaje. Te hace asimilar que es una parte de ti, pero que no lo es todo. Que si te hace dichosa se lleva el 80% de tu día y si te hace desgraciada el 120% del mismo. Hasta la cama y más allá. David Martinez, excelso cocinero y mejor compañero, me enseñó dos de los axiomas de mi día a día: "En eventos o caterings, desayuna fuerte que nunca sabes cuando vas a poder volver a comer" y el tan socorrido "Siempre se acaba pasando cafés. Y en ese momento toda la faena estará resuelta". A ellos me agarro para ser previsora y comer bien y no desfallecer en las primeras horas del día y para no desfallecer con proveedores incumplidores, jefes canallas y subalternos desmotivados y comer bien en las últimas de la jornada.

Uno cree a los veinte que sabe latín. Que con diez amigos por banda y viento en popa a toda vela tiene la vida ganada. Que el amor es casi para siempre y que si no lo es otro vendrá. Aquello de "hay muchos peces en el mar". Pero ¿quien quiere un pez en el mar para que te sirva de espejo? Aprendes, con la experiencia y los años no probablemente lo que quieres (eso lo descubriremos apunto de entregar la cuchara y largarnos al más allá de lo cárnico) pero si sabes lo que no quieres. Yo este año me he confirmado en la regla número uno del resto de mi vida. Lo que no quiero es no ser yo. Porque pese a quien pese, por muchos corazones que se rompan (el mio por el camino), por mucho dolor causado y amores caídos, por las decepciones creadas y las expectativas de otros rotas, por mucho que aquello no fuera a donde tú esperabas encontrarte, lo que es es lo que hay y de nada sirve negarlo. Ayer leía en una red social una frase recriminatoria de un hombre a una mujer "¡No eres lo que yo esperaba!" le dice él. "Jodete" le contesta ella.

No somos las expectativas de los otros. Somos lo que somos y lo hacemos lo mejor que podemos. Todos. Sin excepción. La próxima vez que alguien te defraude piensa bien si el fraude era la imagen que tenías tú en la cabeza de esa persona.

De pronto te plantas allá en el medio de tu vida con esta totalmente patas arriba y exactamente al revés de lo que esperabas, emocional, económica, profesional e intelectualmente. ¿Qué me ha pasado? ¿Donde quedó mi yo de los veinte en flor?  No eres consciente que cada paso, decisión, persona en el camino y circunstancia adversa y no, han hecho que estés donde estás. Asumir, respirar y lanzarte a seguir caminando es lo más sabio que puedes hacer. Como si tuvieras veinte años otra vez, sin temor y con decisión, pero mucho mejor. Ahora tienes conciencia de ti. Ahora sabes donde no quieres estar y quien no quieres ser.

Te encuentras con otros "tus" por el camino. Haber tardado más de cuarenta años en verlos solo es resultado de haber estado ocultándote a ti misma. Así te aparecen "tus" en forma de hijos para darte paciencia y demostrarte lo especial que eres, pues ellos son reflejo tuyo. "Tus" en forma de amigas divertidas y fieles que te reafirman en como quieres ser con ellas. "Tus" en forma de familiares honestos y entregados a tu causa mal que pierdan."Tus" en forma de amigos varones haciéndote admitir por primera vez en tu vida que la amistad no va unida al genero sino al corazón de las personas.  "Tus" profesionales que te certifican cómo hay que hacer las cosas. Y por último, y sorprendentemente, "tus" enamorados.  "Tus" que te hacen plantearte si quieres seguir con la coraza puesta para que no te dañen o sales a pecho descubierto para que el viento te roce y te haga sentirte viva.

Yo ya lo tengo claro. Ya no hay marcha atrás. Aunque caiga, aunque mis "yos" desaparezcan. Porque yo no lo haré. Yo seguiré al pie del cañón viviendo mi vida como si fuera la única que tengo, y señores, es así. No se quienes les contaron que hay otra vida más allá y porque se agarran a eso para echar a perder esta.

Salud, amor y muchas gracias por leer. Seguid disfrutando hoy del día. Mañana puede que no os levantéis.